Sábado, 4.30 de la tarde. Una pareja entra en Ikea cogida de la mano dispuesta a pasar un rato agradable. Tres horas después esa pareja sale con un carro hasta los topes y cara de pocos amigos. ¿Qué ha pasado?
Si iban con niñ@s y desafortunadamente la guardería estaba llena, empezamos a entenderlo. Si iban solos, Ikea también ofrece diferentes momentos para poder discutir.
Según las estadísticas delConsejo General del Poder Judicial, en el cuarto trimestre del año se acumula el mayor número de demandas de divorcio, coincidiendo con el final del período estival.
¿Revelan esos datos que las vacaciones tienen el poder de separar a las parejas? La respuesta es no.
El número de matrimonios celebrado en el estado español en el año 2013 fue de 155.098. Paralelamente el número de separaciones y divorcios ascendió a 100.327, lo que supone dos rupturas de parejapor cada tres matrimonios celebrados, habiendo permanecido casad@s una media de 15 años (últimos datos definitivos proporcionados por el I.N.E.).
A la vista de estos datos y de la realidad que percibimos, nos podemos preguntar si también nosotr@s contribuiremos en un futuro más o menos cercano a engrosar el porcentaje oficial de parejas rotas.
El origen del mito de la media naranja se remonta a Platón y su obra “El Banquete”. En ella, el poeta griego Aristófanes explicaba cómo al principio la raza humana era casi perfecta: formas esféricas como naranjas, tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas. Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto por hombre-hombre; otro, de mujer y mujer; y un tercero, de hombre y mujer, llamado andrógino.
Según cuenta el mito, llevados por su vanidad estos seres intentaron invadir el Monte Olimpo, lugar donde vivían los dioses, y Zeus, al percatarse, les lanzó un rayo, quedando divididos. Desde entonces, loshombres y las mujeres nos vemos condenados a andar por la vida buscando nuestra otra mitad.
La llegada del whatsApp a nuestras vidas supuso toda una revolución como medio de comunicación interpersonal: sencillez en el manejo, inmediatez en el envío y recepción de la información, gratuidad,…
Pero, ¿de qué tipo de revolución hablamos cuando pensamos en cómo ha influido el whatsapp en las relaciones de pareja?¿De una revolución positiva, o de una auténtica revuelta?