RELACIÓN DE PAREJA TÓXICA: CÓMO DETECTARLA
“Un amor que exija en contraprestación el propio sacrificio intelectual, emocional e incluso existencial no es amor, sino esclavitud disfrazada de exigencia romántica.” (Álex Rovira)
Aunque hay muchas señales que nos indican que mantenemos una relación de pareja tóxica, la principal es la valoración de que son muchísimos más los momentos de sufrimiento que los de satisfacción. Y esta valoración se realiza a partir de las siguientes evidencias:
- La pérdida de libertad propia de la esclavitud se va incorporando poco a poco en el día a día. Se nos restringe directamente o a través del chantaje la libertad de movimiento, que se traduce en no quedar con familiares o amig@s, no apuntarse a actividades de ocio, no acudir a la cena de empresa,… siendo finalmente nosotr@s quienes renunciamos al ejercicio de la libertad para que nuestra pareja esté contenta y no haya ningún conflicto. Lamentablemente no se consigue este objetivo.
- Se nos responsabiliza de todo lo que ocurre en nuestra relación y nuestro compañero/a no asume ningún tipo de responsabilidad en aquello que va mal. Se nos reprochan cuestiones del pasado que salen a relucir cada cierto tiempo, se nos echa la culpa de lo que ocurre en el presente e incluso se anticipa que algo saldrá mal también por nuestra culpa en el futuro.
- Nuestras necesidades quedan relegadas a un segundo plano en favor de satisfacer prácticamente siempre las de nuestra pareja. Es la expresión del servilismo en el que prevalecen los derechos de la otra parte y los deberes en la persona servil.
- La relación se vive con gran estrés. Se prevee y teme el humor con el que llegará nuestro compañero/a, o la queja o crítica que manifestará. Es la angustia diaria de esperar el encuentro físico con nuestra pareja para, solo viéndole la cara, saber que será un mal día.
- Cuando no estás con tu pareja reconoces que estás mejor. No le echas de menos, te sientes más libre, puedes incluso respirar mejor y deshacerte de la sensación física de opresión en el pecho.
¿Por qué nos involucramos en una relación tóxica?
- Porque tenemos una autoestima baja, nos queremos poco, nos sentimos poco valios@s y pensamos que quizá nadie más aceptaría una relación con nosotr@s.
- Por el hambre de cariño: podemos tener carencias afectivas profundas y toleramos cualquier cosa por una mínima demostración de afecto aunque sea muy puntual.
- Por el miedo a la soledad: nos aterra estar sol@s y nos comportamos conforme al “más vale mal acompañad@ que sol@”.
- A veces nos creemos salvador@s y fantaseamos con la idea de poder cambiar al otro, de que le podemos transformar en el tipo de persona que a nosotr@s nos gustaría.
¿Cuándo y cómo salir de una relación tóxica?
El límite que marca claramente hasta cuándo continuar dentro de una relación de pareja lo define nuestra integridad y dignidad como seres humanos. La línea roja que no se puede traspasar es ser respetad@s. No se puede ceder ante la humillación, la desvalorización, la cosificación incluso, porque para algunas personas dentro de la relación de pareja somos también medios para su satisfacción personal y exclusiva.
- El primer paso para salir de una relación tóxica es ser conscientes y asumir que estamos en una relación destructiva. Siento que me restan, no me que suman.
- Comunicar a nuestra pareja cómo nos sentimos y qué conductas concretas deseamos que cambie porque nos hacen sentir mal.
- Muchas veces es imprescindible la orientación de un/a profesional para modificar la forma de interactuar de la pareja. Básicamente se trata de que la parte que ejerce el poder muestre una actitud empática aprendiendo a ponerse en el lugar del otro/a, mientras que quien ocupa el papel de víctima debe aprender a poner límites a las demandas insanas de su pareja.
Recordemos que el amor es un contrato libre en el que no caben los grilletes. Aun así, si algún día tienes que quitártelos utiliza la llave del amor propio.
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