¿ME QUEDO CON MI PAREJA, O CON MI AMANTE?

“Si tienes que elegir entre alguien más y yo, no me elijas a mí. No quiero pasar mi vida con alguien que se estará cuestionando si tomó la decisión correcta” (Autor/a desconocido/a)

Sabemos que puede ocurrir que mantengamos una relación de pareja estable y en un momento dado nos enamoremos de otra persona. Si uno/a valora que en general su relación de pareja es insatisfactoria, la duda de si terminar o no con ella es pequeña aunque el paso no sea fácil: se conoce lo que se tiene, no gusta la realidad presente y se abre un futuro prometedor con quien hoy ocupa el papel de amante.

La cuestión se complica cuando se tiene una buena opinión general del compañero/a, se le tiene cariño, pero hace mucho que no sentimos aquello que esta nueva persona nos ha hecho recordar. Ilusión, pasión, vitalidad, deseo,… forman de nuevo parte de nuestra vida.

En estas circunstancias, ¿a quién elijo? ¿A quien quiero, o a la persona de la que estoy enamorado/a?

No se puede dar una respuesta simplista que además pretenda sentar cátedra porque en las relaciones de pareja hay cantidad de matices que diferencian unas relaciones de otras. Ahora bien, sí se pueden tener en cuenta dos puntos que a mi entender son importantes.

En primer lugar, si dejamos recaer el mayor peso para tomar la decisión en lo que se siente, queda claro que se optará por la relación más reciente. Sabemos que el amor se transforma con los años y el enamoramiento gana por goleada en intensidad al cariño pausado de una relación larga. Además, en la competición entre la vida cotidiana y muchas veces rutinaria de una relación de pareja oficializada hace años y la vida solo de buenos momentos de la relación clandestina, de nuevo gana esta última.

Sin embargo, hay que recordar que las relaciones de pareja reales se tienen que enfrentar a las luces y las sombras de la vida, y que en la relación oculta solo estamos conociendo la cara amable. Pero, ¿cómo será su lado menos agradable, que sin duda también tiene? A lo que debemos añadir que el enamoramiento es un estado pasajero y finito.

Precisamente relacionada con la cruz de las relaciones y de las personas, hay una pregunta que yo formulo a quienes desean que les oriente sobre esta cuestión: ¿qué defectos tiene la persona de la que estás enamorado/a? Y lo cierto es que cuesta identificarlos, aunque es evidente que los tiene, porque nos encontramos en un estadio de idealización del otro/a. De nuevo, nuestra pareja estable sale perdiendo porque hemos tenido la oportunidad de conocerla durante años en diferentes ámbitos y sin la máscara de su mejor yo. ¿Me gustarán menos los defectos de la persona de la que hoy estoy enamorado/a? ¿Cuáles puedo tolerar yo mejor?

En definitiva, el amor tiene un componente emocional claro al que hay que atender, pero es un sentimiento que merece ser pensado para tratar de acertar con la decisión que se tome. Hay un aforismo que dice: “Quédate con quien te bese el alma. La piel te la puede besar cualquiera.” ¿Ayuda a decidir?

 

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