CAUSAS DEL DESAMOR EN LAS RELACIONES DE PAREJA
De la misma manera que el amor es un proceso dinámico que inicialmente se vive muy intensamente gracias al componente de la pasión y que poco a poco se va estabilizando en su intensidad, el desamor tampoco es un estado estático. De hecho, el amor hacia nuestra pareja se puede ir perdiendo poco a poco por causas muy diversas, entre las que podríamos destacar las siguientes:
- Porque nuestro compañero/a nos trata objetivamente mal: es decir, hay faltas de respeto, conductas de ninguneo o de desvalorización, malos tratos físicos, etc. que no son compatibles con los sentimientos de cariño.
- Por la infidelidad: una de las principales razones de ruptura de las parejas es la conducta de deslealtad y ruptura del compromiso de exclusividad sexual pactado, una herida que en muchas parejas resulta mortal para el amor.
- Porque realmente no conocíamos a nuestra pareja cuando decidimos entablar una relación estable que muchas veces se plasma en irnos a vivir junt@s en esa fase de enamoramiento e idealización y que trae que nos podamos llevar sorpresas desagradables, de manera que lo que descubrimos es posible que no nos guste porque queda muy lejos de lo que pensábamos que era.
- Porque tenemos unas expectativas sobre lo que es el amor y las relaciones de pareja idealizadas, no realistas, que chocan frontalmente con lo que es una pareja en la vida real. O dicho de otro modo: por la falta de información sobre lo que es y no es una relación de pareja, sobre lo que puedo esperar y no porque forma parte de la fantasía romántica que se nos ha alimentado desde pequeñ@s.
- Unida a la anterior razón está la confusión entre enamoramiento y amor, y este error que cometemos nos lleva a creer que ya no amamos a nuestra pareja cuando inevitablemente la pasión se reduce, de manera que nos sentimos decepcionad@s, frustrad@s, desilusionad@s… y muchas veces rompemos una relación de pareja que quizá funciona bien en otros aspectos.
- Por la rutina, por la costumbre de estar junt@s y saber lo que va a pasar: por esa falta de sorpresa, de que haya pequeños cambios en la relación en lugar de sabernos perfectamente el guion de lo que va a ocurrir después.
- Porque aumentan tanto la frecuencia como la intensidad de las discusiones, de forma que se crea un clima emocional que nos invita a alejarnos un@ del otr@ porque no nos sentimos a gusto junt@s.
- Por diferencias importantes en los valores fundamentales que cada persona tiene, en temas como pueden ser la política, el estilo educativo con los hijos/as, la importancia que se le concede o no a la religión dentro de la familia… y no se sabe hablar sobre ello para intercambiar opiniones o negociar cuando es necesario llegar a acuerdos.
- Porque tenemos estilos de amar muy diferentes, lo que implica expectativas y comportamientos distintos. Por ejemplo, una persona puede tener un estilo amoroso romántico donde priman y se esperan los detalles, donde las muestras afectivas y de exclusividad sean muy importantes, y su compañero o compañera puede amar desde un estilo más lúdico que en la práctica supone menos implicación emocional, sin demasiadas expectativas futuras y mucho más centrado en el aquí y ahora.
- Vivir situaciones de estrés que no se saben afrontar de una forma sana y lo que hacemos es “pagarlo” con nuestra pareja. Situaciones como quedarnos sin trabajo, una enfermedad grave, la muerte de un ser querido, etc. requieren disponer, entre otros, de recursos personales que nos ayuden a enfrentarlas en lugar de actuar como si nuestro compañero/a fuese el enemigo/a.
- Porque descuidamos nuestra apariencia física: suele ocurrir que una vez que consideramos que nuestra pareja ya está “pillada” nos preocupamos no solo menos, que es normal, sino en ocasiones nada por nuestro aspecto físico cuando estamos con nuestra pareja, aunque podemos seguir cuidándonos más o menos en momentos más sociales. Tenemos que recordar que el atractivo físico suele ser un desencadenante del amor, por lo que sentir que mi pareja me gusta es un elemento importante para tener ganas de estar con él o ella.
Una vez conocidas algunas de las razones por las que llega el desamor, es importante tener en cuenta que el amor es sentimiento y amar es conducta. En este sentido, aunque los sentimientos, como el amor, no pueden imponerse ni forzarse sí podemos facilitarlos o erradicarlos mediante nuestras acciones. Tomar conciencia de cómo nos estamos conduciendo en nuestra relación de pareja, de modo que podamos dar un viraje si es necesario, puede ayudarnos a prevenir el doloroso desamor.
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