INFIDELIDAD: ¿CONFESAR O GUARDAR EL SECRETO?

 “La vida es corta. Ten una aventura”, nos invita Ashley Madison, la conocida web originariamente creada para personas casadas que deseaban tener relaciones extramatrimoniales. Autodefinido como “un sitio de mente abierta para adultos arriesgados”, lo cierto es que a l@s españoles les gusta el riesgo, puesto que según esta página de contactos España es el país más infiel de Europa y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial por detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil.

Por su parte, Victoria Milan, la nueva plataforma europea de citas on line dirigida también a personas comprometidas que buscan un affaire, cuenta con más de 650.000 personas registradas en el estado español. “Revive la pasión. Encuentra una aventura” es el eslogan escogido para invitar a la infidelidad; y parece que con bastante éxito en Euskadi, dado que en el año 2018 Bilbao ha sido la tercera ciudad con más usuari@s por detrás de Barcelona y Madrid.

Ante estos datos, y la información que cada persona maneja sobre el tema, es evidente que la infidelidad está presente en un número importante de relaciones de pareja, aunque resulta imposible ofrecer datos cuantitativos reales por la deseabilidad social que influye en el no reconocimiento de esta conducta reprobada social y culturalmente en nuestro entorno.

Partiendo de que infidelidad y sentimiento de culpabilidad no siempre van unidos, la persona que ha sido infiel a su compañero/a puede preguntarse: ¿se lo cuento, o guardo el secreto?

A pesar de que la honestidad y el respeto resultan claves para mantener una relación de pareja sana, lo cierto es que no hay una respuesta clara a este interrogante que sirva para todas las parejas.

En general, para responder a esta cuestión entiendo que habría que formularse varias preguntas:

  • Conociendo a mi pareja, ¿creo que prefiere saberlo, o no? Aunque de entrada pueda parecer que prácticamente la totalidad de las personas respondería afirmativamente, las encuestas realizadas sobre este tema indican que hay opiniones contrapuestas. Es más, en la práctica profesional con parejas que han vivido una infidelidad y desean orientación psicológica para integrar esta experiencia, es relativamente frecuente escuchar un “prefería no haberme enterado”; especialmente si se trata de un hecho puntual.
  • ¿Para qué se lo quiero contar? ¿Porque no puedo con mis sentimientos de culpa, o porque creo que merece que juguemos con las mismas cartas?

La culpabilidad aparece tras valorar que se ha hecho algo incorrecto y, si no se sabe gestionar, le sucede la ansiedad. Ante el malestar que supone, la persona puede optar por comunicar que ha sido infiel como fórmula para aliviar sus remordimientos. Sin embargo, esto generalmente supone sumir a la otra parte en un dolor inmenso porque se descarga la propia mochila y se coloca sobre sus hombros.

Cuestión diferente es que se considere que el compañero/a tiene derecho a conocer esa realidad para que pueda valorar desde su libertad si desea continuar o no con la persona que le ha sido desleal.

En definitiva, ¿lo quiero contar por mí, o por ti?

  • ¿Se trata de una infidelidad puntual o continuada? En el caso de que se trate de un hecho aislado hay que sopesar especialmente si comunicarlo o no. La herida de la infidelidad es la más difícil de sanar en una relación de pareja y en ocasiones mortal de necesidad. La rabia, el dolor y la desconfianza posterior que genera saber que la otra parte ha roto el compromiso de fidelidad sexual o emocional, requiere de un esfuerzo importante por ambas partes si se desea sanar esa herida. También es cierto que en ocasiones puede ser la oportunidad de introducir cambios en la relación que la mejoren considerablemente.

Cuando se trata de una infidelidad continuada porque se mantiene con diferentes personas a lo largo del tiempo, o porque hablamos de una relación paralela, la probabilidad de que la persona que está siendo infiel se plantee la posibilidad de confesarlo se reduce infinitamente; a no ser que se vea presionada por quien hoy ocupa el lugar de amante y realmente desee apostar por dicha relación. En términos generales, en la infidelidad continuada prevalece el interés personal y no hay un vínculo emocional estrecho con la pareja oficial, por lo que la culpa no suele estar presente.

Hay quien dice que la infidelidad no es un acto para encontrar la pasión en otros cuerpos, es un pretexto para reencontrar la pasión en uno mismo.

Y tú, ¿en qué aventura podrías encontrarla?

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