LAS DISCUSIONES DE PAREJA VUELVEN POR NAVIDAD

Llegan las navidades y con ellas los adornos, los polvorones, los regalos y hasta el tradicional anuncio de la lotería. Fechas en principio para disfrutar en compañía de la familia y en las que se espera que las palabras paz y armonía sean las protagonistas.

Aunque afortunadamente esta expectativa de alegría y disfrute se cumple para muchas personas y parejas, lo cierto es que para otras muchas parejas estos últimos días del año se convierten en una gran ocasión para discutir prácticamente por todo, recordando de alguna manera al periodo estival en el que también son tan frecuentes los conflictos de pareja y las posteriores rupturas otoñales.

Durante las navidades las parejas pasan más tiempo juntas y esto evidencia las claras dificultades para relacionarse que quizá durante gran parte del resto del año pueden pasar más desapercibidas, básicamente porque estos días no hay escapatoria y tienen que convivir más horas.

A los viejos conflictos y desgaste de la relación, se suman las demandas de los hijos/as en edad escolar que no tienen clase, el estrés por la organización de las compras para los menús navideños y los regalos, las discusiones por dónde y con quién nos vamos a reunir, los recordatorios de lo mal que me cae o me trata tal o cual familiar propio o político, etc.

¿Cómo pueden afrontar las parejas las navidades para que sea un período dulce y no amargo?

  • En primer lugar suele resultar eficaz la planificación con el margen de tiempo que para cada pareja resulte cómodo. Hay personas que viven a gusto en la improvisación y el último momento, pero muchas veces tienen compañeros/as a las que les gusta poco la aventura y necesitan un mayor control y programación de los acontecimientos. De ahí que una buena forma de disminuir el estrés sea hablar sobre el menú que se va a preparar, cómo se va a repartir la compra de lo que se estima necesario para esos días, cuándo se van a llevar a cabo las tareas asignadas o cómo se van a organizar con los hijos/as.
  • Negociar: Para que la planificación resulte exitosa es necesario que la pareja sepa llegar a acuerdos y recuerde que es un equipo. El objetivo es que ambos miembros de la pareja lo pasen bien esos días, para lo cual idealmente deberían actuar conforme al “yo gano, tú ganas”. Sin embargo, habrá momentos o situaciones en las que alguna de las partes tenga que ceder y entonces habrá que seguir el principio de “hoy ganas tú, pierdo yo” y “mañana pierdes tú, gano yo”, o lo que popularmente conocemos como “hoy por ti, mañana por mí”.
  • Empatizar: Sin duda los roces con algún familiar son la principal fuente de discusión de muchas parejas. Comentarios del tipo “no me habla en todo el año y ahora tenemos que hacer el paripé” o “no vino al cumpleaños del crío porque no quiso pero tengo que hacer como que no me importa” van caldeando el ambiente de la cena navideña. Sin embargo, no es este el mejor momento para los reproches, especialmente cuando van dirigidos hacia la familia de nuestra pareja. En muchas ocasiones, esta desea pasar unos días tranquilos en compañía de algunas de las personas más importantes de su vida y siente que se boicotea su objetivo. Sin perder de vista que hay que hablar y tratar de solucionar lo que se vive como un problema, ahora toca empatizar con el deseo de convivir en un ambiente familiar mínimamente cordial durante al menos unas horas.

Hay quien dice que la época más mágica del año es la Navidad, pero recuerda que la magia empieza siempre contigo.

¡Felices fiestas!

 

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