CLAVES PARA SABER ESCUCHAR A TU PAREJA

Afirmaba el filósofo Zenón de Elea en el siglo V a.C. que la Naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para que hablemos menos y escuchemos más. Sin embargo, dentro del proceso de la comunicación resulta evidente que se presta más atención a mejorar las habilidades del emisor que las del receptor. La prueba es que existe una amplia oferta de clases y cursos de oratoria, mientras que son escasos los cursos dirigidos a aprender a escuchar.

Pese a ellos, l@s psicólog@s que realizamos terapia de pareja sabemos que precisamente una de las grandes quejas que oímos es “mi pareja no me escucha”. Ante esta acusación, el compañero/a se rebela porque da por sentado que saber escuchar es una conducta innata, lo que le lleva a calificar como un sinsentido tal acusación.

El matiz está en que sabemos que oír y escuchar no son lo mismo; nuestra pareja puede ser capaz de repetir palabra por palabra lo que acabamos de decir y no por ello sentirnos escuchad@s.

¿Qué hacer, entonces, para que la otra persona se sienta escuchada?

  • En primer lugar, resulta imprescindible mantener el contacto visual en las conversaciones cara a cara. Hasta hace poco la televisión era en gran medida la culpable de que ese contacto no se diera; ahora es prestar atención al teléfono móvil o la tablet el primer elemento que nos hace sentir que nuestra pareja no nos está escuchando.
  • Asentir con la cabeza o verbalmente (“ya”) en algún momento durante la escucha. Este gesto no significa que estemos de acuerdo o aceptemos lo que está diciendo nuestra pareja. El objetivo es mostrar que estamos prestando atención a lo que dice.
  • No interrumpir: muchas veces interrumpimos porque no estamos de acuerdo, lo cual hace que la otra persona se enfade porque no se le permite unos minutos para expresar de forma continuada sus ideas o sentimientos. Respetar los turnos de palabra sin interrupciones ayuda sin duda a una buena comunicación.
  • Preguntar para clarificar si lo que hemos entendido se ajusta a lo que nuestra pareja quería decir: “Cuando dices X, ¿te refieres a que…?”.
  • No descalificar los sentimientos de nuestra pareja: el “no es para tanto”, “no es para ponerse así” o expresiones similares nos alejan emocionalmente. Es fundamental saber que cada persona tiene derecho a sentir lo que siente y que nuestro criterio no es EL CRITERIO que sirve para validar o descalificar las emociones de otro ser humano.
  • No aconsejar a no ser que nos lo pidan. Muchas veces con buena intención nos ponemos alerta cuando nuestra pareja nos comenta alguna cuestión que le preocupa y tratamos de proporcionarle una buena solución. El problema es que no siempre nos expresamos buscando una respuesta. Como dijo alguien en una ocasión: “A veces lo que una persona necesita no es una mente brillante que le hable, sino un corazón paciente que le escuche”.

Porque escuchar es entrañable y, afortunadamente, entrenable.

 

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