“¿Quién dijo que los polos opuestos se atraen? Sí, se atraen, pero nada
más; no se comprenden”, afirma el escritor Alberto Fuguet. ¿Tendrá razón?
La investigación en el campo de las relaciones de pareja parece indicar que la Ley de Atracción válida en la Física no necesariamente se cumple en el amor; de hecho, aunque no se puede generalizar, la semejanza es uno de los elementos que influye en el enamoramiento.
Las relaciones de pareja no son planas, sino un sistema dinámico formado por dos personas que crecen, evolucionan y tienen que hacer frente a diversas experiencias vitales tanto personales (cuestiones laborales, de salud, etc.) como de la propia relación (inicio de la convivencia, nacimiento de los hij@s, nido vacío, etc.). Los cambios que se producen en el propio ciclo vital de la pareja llevan a que en algún momento toda diada pase por una etapa de crisis que hace dudar a uno o ambos miembros sobre si seguir adelante o romper dicha relación.