“La
vida es corta. Ten una aventura”, nos invita Ashley Madison, la conocida
web originariamente creada para personas casadas que deseaban tener relaciones
extramatrimoniales. Autodefinido como “un sitio de mente abierta para adultos
arriesgados”, lo cierto es que a l@s españoles les gusta el riesgo, puesto que
según esta página de contactos España es
el país más infiel de Europa y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial por
detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil.
Por su parte, Victoria Milan, la nueva plataforma europea de citas on line dirigida también a personas comprometidas que buscan un affaire, cuenta con más de 650.000 personas registradas en el estado español. “Revive la pasión. Encuentra una aventura” es el eslogan escogido para invitar a la infidelidad; y parece que con bastante éxito en Euskadi, dado que enel año 2018 Bilbao ha sido la tercera ciudad con más usuari@s por detrás de Barcelona y Madrid.
Ante estos datos, y la
información que cada persona maneja sobre el tema, es evidente que lainfidelidad está presente en un número importante de relaciones de
pareja, aunque resulta imposible ofrecer datos cuantitativos reales por la
deseabilidad social que influye en el no reconocimiento de esta conducta
reprobada social y culturalmente en nuestro entorno.
Valentín fue un sacerdote ejecutado el 14 de febrero del año 270 por orden del emperador romano Claudio II. La razón fue el incumplimiento de la prohibición de celebrar matrimonios entre jóvenes enamorados, pues se consideraba que los solteros eran mejores soldados.
En nuestra sociedad, con la llegada de esta fecha se plantea año tras año el mismo debate: ¿es el día del amor, u otro día para consumir?
Decía el filósofo Ortega y Gasset que “el enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza”. Hay quien, de hecho, lo define como un momento de locura transitoria, aunque también se reconoce como uno de los mejores estados en que puede encontrarse el ser humano cuando ese amor es correspondido.
La pasión es en ese momento el componente amoroso predominante. Una emoción psicofísica que involucra mente y cuerpo a la vez y cuya expresión fundamental es la necesidad de besar, abrazar, acariciar y mantener relaciones sexuales con el objeto de nuestra pasión. Pero la pasión, además de ser un elemento que se desarrolla deprisa, tiene otra característica: disminuye pronto, dando paso a un fuerte cariño por el otro/a que se convierte para la mayoría de las personas en el principal sentimiento hacia su pareja.
El escritor francés Francois de la Rochefoucauld afirmó que “los celos se nutren de las dudas y la verdad los deshace o los colma”.
Efectivamente, los celos son un sentimiento natural que aparecen en un momento dado ante el miedo de perder a nuestra pareja porque dudamos de si quiere más a una tercera persona. La diferencia entre los celos normales y los patológicos está en si nos hacen perder o no nuestra capacidad de raciocinio.
“Ya no siento lo mismo, ¿puedo volver a querer a mi pareja como pareja?” En mi opinión la respuesta es sí se dan dos elementos fundamentales:
Que yo vea en mi compañero/a aspectos positivos, cosas que me agradan, y que sean más en cantidad o en cualidad que aquellas que no me gustan.
Que yo quiera recuperar el amor, que no muestre una actitud de rechazo a intentarlo sino que realmente desee apostar por tratar de recuperar una buena relación de pareja pese a mi dolor y mis dudas.