La vida tiene diferentes
capítulos. Un mal capítulo no significa el final de la historia, pero parece
que para muchas parejas el confinamiento que exige el coronavirus está
significando el final de su historia de pareja. Esto es, al menos, lo que
indican los datos relativos al número de divorcios solicitados en las ciudades chinas donde el virus ha estado más presente.
¿Qué pueden hacer las parejas para evitar formar parte de la estadística de divorcios en nuestro país?
“¿Quién dijo que los polos opuestos se atraen? Sí, se atraen, pero nada
más; no se comprenden”, afirma el escritor Alberto Fuguet. ¿Tendrá razón?
La investigación en el campo de las relaciones de pareja parece indicar que la Ley de Atracción válida en la Física no necesariamente se cumple en el amor; de hecho, aunque no se puede generalizar, la semejanza es uno de los elementos que influye en el enamoramiento.
“La
vida es corta. Ten una aventura”, nos invita Ashley Madison, la conocida
web originariamente creada para personas casadas que deseaban tener relaciones
extramatrimoniales. Autodefinido como “un sitio de mente abierta para adultos
arriesgados”, lo cierto es que a l@s españoles les gusta el riesgo, puesto que
según esta página de contactos España es
el país más infiel de Europa y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial por
detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil.
Por su parte, Victoria Milan, la nueva plataforma europea de citas on line dirigida también a personas comprometidas que buscan un affaire, cuenta con más de 650.000 personas registradas en el estado español. “Revive la pasión. Encuentra una aventura” es el eslogan escogido para invitar a la infidelidad; y parece que con bastante éxito en Euskadi, dado que enel año 2018 Bilbao ha sido la tercera ciudad con más usuari@s por detrás de Barcelona y Madrid.
Ante estos datos, y la
información que cada persona maneja sobre el tema, es evidente que lainfidelidad está presente en un número importante de relaciones de
pareja, aunque resulta imposible ofrecer datos cuantitativos reales por la
deseabilidad social que influye en el no reconocimiento de esta conducta
reprobada social y culturalmente en nuestro entorno.
“Si tienes que elegir entre alguien más y yo, no me elijas a mí. No quiero pasar mi vida con alguien que se estará cuestionando si tomó la decisión correcta” (Autor/a desconocido/a)
Sabemos que puede ocurrir que mantengamos una relación de pareja estable y en un momento dado nos enamoremos de otra persona. Si uno/a valora que en general su relación de pareja es insatisfactoria, la duda de si terminar o no con ella es pequeña aunque el paso no sea fácil: se conoce lo que se tiene, no gusta la realidad presente y se abre un futuro prometedor con quien hoy ocupa el papel de amante.
Afirmaba el filósofo Zenón de Elea en el siglo V a.C. que la Naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para que hablemos menos y escuchemos más. Sin embargo, dentro del proceso de la comunicación resulta evidente que se presta más atención a mejorar las habilidades del emisor que las del receptor. La prueba es que existe una amplia oferta de clases y cursos de oratoria, mientras que son escasos los cursos dirigidos a aprender a escuchar.
Pese a ellos, l@s psicólog@s que realizamos terapia de pareja sabemos que precisamente una de las grandes quejas que oímos es “mi pareja no me escucha”. Ante esta acusación, el compañero/a se rebela porque da por sentado que saber escuchar es una conducta innata, lo que le lleva a calificar como un sinsentido tal acusación.