¡Se acabaron las fiestas navideñas! ¿Por fin, o qué pena?
Estas fiestas han ido mezclando su origen religioso con la tradición de la convivencia familiar: días de reunión con la propia familia y la familia política en torno a la comida y al intercambio de regalos buscando un ambiente festivo y distendido que, en principio, debiera permitir a las parejas compartir buenos momentos. Sin embargo, la finalidad de estrechar lazos y disfrutar de la mutua compañía no siempre se alcanza.
“La vida es corta. Ten una aventura”. Este es el lema de Ashley Madison, la web especializada en promover y gestionar infidelidades y que cuenta con 1,3 millones de usuari@s en España. De hecho, según indica esta empresa, somos el país de Europa con mayor número de personasadúlteras por metro cuadrado, por lo que parece que su lema ha calado en la población española.
Dejando de lado la infidelidad con personas que se conocen vía internet, lo cierto es que diferentes encuestas afirman que las cenas de empresa que se organizan en la época navideña son el escenario propicio para ser infiel.
“Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida esterminar con alguien que te hace sentir solo.” (Robin Williams)
El término “phubbing” se acuñó en la Universidad de Sidney en el año 2012 a partir de la unión de dos palabras en inglés: phone (teléfono) y snub (despreciar). Esta palabra, que no tiene equivalente en castellano, se creó para expresar una realidad surgida en nuestra sociedad actual: la acción de ignorar a la persona con la que nos encontramos en favor de prestarle atención al teléfono móvil.
Sábado, 4.30 de la tarde. Una pareja entra en Ikea cogida de la mano dispuesta a pasar un rato agradable. Tres horas después esa pareja sale con un carro hasta los topes y cara de pocos amigos. ¿Qué ha pasado?
Si iban con niñ@s y desafortunadamente la guardería estaba llena, empezamos a entenderlo. Si iban solos, Ikea también ofrece diferentes momentos para poder discutir.
Según las estadísticas delConsejo General del Poder Judicial, en el cuarto trimestre del año se acumula el mayor número de demandas de divorcio, coincidiendo con el final del período estival.
¿Revelan esos datos que las vacaciones tienen el poder de separar a las parejas? La respuesta es no.