“Mi suegra aparece sin avisar”, “Intenta organizarme la vida”, “Cuestiona cómo estoyeducando a mi hij@”… son algunas de las quejas habituales que expresan las personas que deciden realizar una terapia de pareja para salvar una relación que se encuentra al borde del precipicio y que achacan especialmente a la intromisión de la madre de uno de los miembros de la pareja en sus vidas.
No sería justo, sin embargo, obviar que la mayoría de las parejas mantienen una relacióncordial con sus respectivas familias políticas. No obstante, también nos encontramos con madres absorbentes que siguen manejando a sus hijos/as y no reconocen que ya son adultos, que se han casado o mantienen una relación comprometida, que han creado su propia familia y que les toca a ellos/as decidir sobre sus vidas.
Según los datos aportados por la web Ashley Madison, originariamente creada para personas casadas que deseaban tener relaciones extramatrimoniales bajo el lema “La vida es corta. Ten una aventura”, España es el paísmás infiel de Europa y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial por detrás de EEUU, Canadá y Brasil.
Resulta, asimismo, destacable que España es el segundo país del mundo, por detrás de Australia, con mayor número de inscripciones femeninas en dicha web.
Este pequeño diálogo ilustra uno de los problemas de comunicación que a menudo se da en las relaciones de pareja: la lectura del pensamiento. Se trata de un error en el procesamiento de la información que nos lleva a suponer que es posible adivinar los pensamientos y las intencionesde otra persona. En términos humorísticos diríamos que consiste en creer que llevamos incorporado un Rappel, que podemos leer la mente del prójimo con una clarividencia absoluta y posibilidad cero de error.
Desde la propia experiencia sabemos que con el amor no basta para mantener una relación de pareja satisfactoria. Es importante estar atent@ para no cometer algunos de los errores más frecuentes en las relaciones que nos llevan al conflicto, la desilusión y el distanciamiento.
En el siguiente enlace hablo sobre algunos de ellos:
Una de las demandas que más se realiza en la terapia de pareja es que el compañero/acambie. Y esos cambios pueden ser de los más diversos: que sea más afectuos@, que se comunique más “porque no cuenta sus cosas”, que sea más detallista, que tenga más iniciativa “porque estoy cansad@ de tirar yo del carro”, etc.
Resulta evidente que esta solicitud de cambio surge de la insatisfacción con cómo es mi pareja. La pregunta es: ¿ha sido siempre así, o ha habido un cambio significativo en los últimos tiempos?